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Como ya sabéis cada edad tiene un tipo de juguete. Y es que según el tiempo que tiene el pequeño ha adquirido ya un grado de desarrollo y los juguetes se van adaptando a este aspecto. Cuando los pequeños tienen ya unos 24 meses empiezan a tener capacidad de representación simbólica y les encanta imitar lo que ven, por ello en esa etapa sus juguetes preferidos son los que les ayudan a desarrollar situaciones imaginarias. A esta edad se recomienda comprar cochecitos de juguetes, trenes y camiones, juguetes de plástico como los cubos, las palas, rastrillos, muñecas y pintura de dedos. Así podrán dar rienda suelta a su imaginación.
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Ya a los tres años el niño empieza a querer interactuar con otros niños y a relacionarse. En esta etapa, triciclos y patines así como juegos pensados para casa como puedan ser los primeros juegos de mesa son la opción más adecuada para seguir estimulando el adecuado desarrollo del niño.
Entre los seis y los nueve años se recomiendan los juguetes en los que implique algo de ejercicio físico, de tal modo que les favorezca el desarrollo de la habilidad, la atención y la capacidad creadora, así como la imaginación y la destreza. Juegos de mesas, bici, patines vuelven a ser los elementos más óptimos en este periodo. Eso sí, fijaos bien las indicaciones que habrán en los propios juguetes para saber si están o no recomendados en esa franja de edad que os decimos.
En la etapa final de la niñez, entre los nueve y los doce años, cobran importancia los juegos que anticipan situaciones adultas profesionales como si de auténticos profesionales se tratará. Ponerse en el papel de un químico o jugar con un microscopio pueden ser buenas opciones. También hay que buscar los juegos que fomenten las actividades en equipo, ya sean de índole deportivo o intelectual. Ya a partir de los doce años, el deseo de jugar va disminuyendo y aparece la necesidad de practicar las aficiones que han ido adquiriendo y desarrollando a lo largo de la infancia. Por ello, la estimulación es fundamental en todas las etapas.